que traslucía el nerviosismo de lo deseado.
Entrecortada y feliz, como la de un niño
al oír música por primera vez.
Elogiando mis notas
con cada uno de sus silencios,
admirando cada inflexión...
Esperando que se produjera
ese espacio cada día
donde encontrarnos,
entre las ondas
de un mar de sonrisas
gestuales sin sonidos
tras el sonido
de nuestras voces
@carlaestasola
Madrid 9 de Febrero 2017 a las 00:32
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