domingo, 15 de mayo de 2016

No tiene sentido









Fue en ese instante en el que decidimos empuñar las armas.
Cargar la munición pesada,
recurrir a lo más negro de nuestro interior,
rebuscar en la basura,
escudriñar cada rincón de lo que fue casa.
Imaginario hogar en el que el fuego habría
sido suficiente para fundir los hierros que nos encerraban.

Supimos más del fuego que el mismo Demonio,
combustión del pasado reciclando vida,
la vida ardiendo en nuestras llamas.
Pero llegó la lluvia,
aunque siempre la hubiéramos esperado,
pudimos mantenerla a distancia un tiempo.

Y llovió.
Llovió  incesantemente…
El agua inundó la fundición que nos mantenía vivos
Dejamos abierta la compuerta al desengaño,
poco a poco nos cubrió los pies de fango.
Y fue subiendo en intensidad de flujo,
despacio pero apagando cada rescoldo que encendiese llamas.

Llegándonos al cuello intentamos respirar,
en aquella avalancha de mar embravecido,
pero nos cubrió finalmente hasta ahogarnos.

Nos agarramos a tablas ardiendo,
Intentando mantener la cordura a salvo.
Pero el flujo había aumentado tanto
 que nos arrastraba  por canales opuestos
nos alejaba rápidamente en sentido contrario.

Aun así intentábamos respirar,
mantener la cabeza fuera del agua,
pero nos aterrorizaba que en semejante oscuridad
nos atacara alguna alimaña.
Ajenos a la realidad de nuestro propio bestiario liberado.

Por eso cerramos las bocas,
nos hundimos entre los intentos
por agarrarnos a cualquier criatura o cosa
que rozara nuestra piel.

Y conseguimos salvarnos finalmente,
pero dejamos las uñas, los puños y las piernas,
el cuerpo, la piel, los ojos y la inocencia en los intentos.

Cada cual por su lado,
nos culpamos mutuamente de no seguir respirando.

En esta inmensidad inerte después del naufragio,
sabemos, que ya nunca volveremos a encontrarnos.

Entre los barrotes de nuestras celdas,
ya no nos miramos.

Heridos, maltrechos,  hundidos, sangrando,
sólo queda rencor, odio, y ganas de destrozarnos.

Alguna vez desfallecemos sin embargo,
Intentamos acercarnos,
pero los restos del naufragio vuelven a golpearnos.

Ya es más necesidad que otra cosa,
acabar de una santa vez con esta guerra fría,
antes que congele el pasado.

El fuego  no puede recuperarse cuando todo está mojado,
y para qué todo este sinsentido de querer recuperarnos.
Si ya nada queda el agua se lo ha llevado.

Esa tormenta que un día nos unió,
también destruyó cuanto fuimos a su paso.

Si no tiene sentido intentar de nuevo seguir flotando,
seamos entonces cementerio de barcos,

Al menos el agua nos acompañará en esta muerte
de tesoros enterrados,
plácida y suave nos acariciará eternamente,
estatuas de espaldas, ya sin miramos.

Ciclo de agua y cementerio de barcos.

Carla


@carlaestasola     En Madrid a 14/05/2016   a las 11:50

martes, 10 de mayo de 2016

CREAR UN BULO EN LAS REDES ES TÁN FÁCIL




Subtítulo:  "Las viejas del Visillo versión twitter"



Algunas veces la vida confabula en contra de uno. Las personas que ha pasado por mi vida cuentan historias, que desde luego desde su lado son totalmente ciertas, pero no cuentan la historia completa. 

Esa la saben sólo dos personas, sus protagonistas.

Lamentablemente cuando uno de los dos protagonistas miente en su versión a los demás esto termina por expandirse a todos sus amigos, y estos a su vez lo expanden entre los suyos.

Finalmente es una historia interminable, basada en una mentira que todo el mundo ha dado por por verdad.

Exactamente eso  es culpa de las redes sociales que nos reinventan, y tenemos que cargar con background que nada tiene que ver con la realidad.

Si eres uno de esos que has oído hablar mal de mi, sólo te pido un favor, trata de conocer la otra parte de la historia, y quizás te des cuenta que todo lo que has oído fueron cotilleos e historias sin fundamento alguno.

He tenido que cargar, y cargo con una historia inventada sobre mi, que cada uno ha ido ampliando a su libre albedrío. Hoy en día y gracias a esas cotillas sin fundamento, hay un montón de gente engañada, que se ha creído todo lo que le han dicho.

Ese daño es naturalmente irreparable, y sólo me importa a mi. 

Últimamente todos los que se apuntan a ese carro son un grupo numeroso y activo que se dedica a esparcir la basura que un día se inventaron. Lamentablemente incluso las personas que me conocen muy bien, más incluso de lo que yo quisiera, han creído toda esta basura.

El daño sigue aumentando y naturalmente el coprotagonista despiadadamente sigue sin decir la verdad sobre los hechos. 

Es agua pasada aquella historia rídicula que duró un pis pas en el tiempo. Pero si queréis oir la verdad quizás la cuente. Contarla cuando a nadie le interesa, no tendría sentido.

Si has creído toda esa ponzoña que se dedican a esparcir sobre mi, te ruego que dejes de seguirme. 

Estoy hasta las narices de tener que contar una historia que no tiene ninguna importancia, miles de veces para que finalmente me den la razón.

No voy a defenderme más de ataques y mentiras infundados de gente que nunca me conoció, y que se creyó lo que le dijeron de oídas y sigue difundiendolo.

Estarás contento mi querido amigo, tu equipo de esparcimiento de basura finalmente lo ha conseguido, ya las creen a ellas antes que a mi.

ENHORABUENA a todas las mentirosas y mentirosos, habéis ganado, me doy por vendida. 

Quienes me conocen saben que no hay nada de verdad en lo que dicen.

Punto y final, hasta aquí.

Sinceramente,
Carla

-Sin banda sonora.