Lo peor del sufrimiento que me has regalado
es la larga suma de lo soportado hasta ahora:
El desamor,
la falta de empatía,
la incomprensión,
la falta de apoyo,
los cientos de miles de reproches,
la falta de delicadeza,
las palabras hirientes,
el egoísmo desmedido,
la agresividad inherente al estado de soportarse.
Las mentiras,
las falsas verdades,
los engaños,
la indefensión ante el desconocimiento de situaciones,
la apatía en la defensa del otro
La desilusión latente,
la descarnación de la carne,
el maltrato psicológico,
la fría indiferencia,
de vivir en una duda constante.
La falta de muestras de cariño,
del roce de sus manos,
de una palabra de consuelo,
del amor no dado,
del robo de ilusiones,
la escasez de las miradas,
la inexistencia de las sonrisas.
El no saber nunca donde estabas,
ni con quién,
pero la certeza de que se me vilipendiaba,
se me desposeía de cualquier valor,
se me criticaba,
insultaba sin saber nada de mí,
y él no hacía nada,
es más, era él quien lo impulsaba.
La mayor traición es saber en el fondo,
todo lo que nunca quisiste ver, pero intuías.
Despertar a la verdad al final de la vida es muy injusto
porque sabes que el tiempo está medido,
es poco el que queda
y ya no habrá excusas,
ni segundas oportunidades.
Hay que vivir nada más y nada menos
intentar obviar
tan pesada mochila.
Recuperar la sonrisa de la niña
que fuiste,
que eres
porque aun cuando miras al cielo
interpretas en silencio los dibujos que forman las nubes
sigues siendo esa niña ingenua
aunque con una inmensa herida.
Música: Nina Simone / Here comes the Sun